martes, 16 de junio de 2009
¿Es realmente necesario un nuevo edificio para los legisladores?
Muchas personas desempleadas, una parte de la población afectada por el terremoto aún sin hogar; y una seria crisis de salud mundial, son la realidad que abrazan a un país tercer mundista, en el que sus legisladores anhelan las comodidades de los opulentos congresos del mundo, como Francia o Brasil.
Aún con esta realidad, la Asamblea Legislativa planea construir un nuevo edificio con fondos prestados por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE); gastando así, grandes sumas de dinero en tiempos de escasez económica.
Con un préstamo de $96.3 millones por parte del BCIE, a 15 años, en una negociación que incluye, como medio de pago, que el BCIE le alquile a la Asamblea el futuro edificio por $1 millón mensual; el directorio planea encontrar una solución a su pequeño problema de cucarachas y cielo rasos caídos.
Esas personas que hace casi cuatro años nos prometieron un país mejor, esas personas que se perfilaron como los mesías que salvarían a este pequeño paraíso tropical saciado de playas, fauna exótica, narcotráfico y homicidios; hoy se ocupan de endeudar al país, aún más de lo que está, por embellecer el lugar de trabajo en el que no pasan el tiempo que los costarricenses desearíamos que estuvieran.
Si hacemos pequeños cálculos, no será difícil visualizar que el pueblo terminará pagando $180 millones por algo que probablemente nunca utilicemos, por lo menos la gran mayoría.
Si comparamos los problemas de roedores, insectos y luces quemadas con los problemas que tiene un inmueble como el Hospital San Juan de Dios, puede que ese dinerito no sea tan necesario en Cuesta de Moras.
Según datos del 2005, en el San Juan de Dios se atendieron 246 383 personas, de las cuales tuvieron que ser internadas 99 161.
Dicho hospital, contaba tan solo con 716 camillas y 156 doctores para atender a los internados. Si tomamos en cuenta que fue construido en 1855 por el pueblo, puede que esos $96.3 millones sean más requeridos frente al parque de La Merced.
A mi parecer, ya bastante se ha invertido en edificios piramidales para instituciones gubernamentales, o en el mismo Hospital Nacional de Niños.
Toco el Hospital de Niños, uno de los mejores, sino el mejor de la región; porque el pueblo se ha esmerado en brindar a los infantes un excelente lugar en el cual atender sus problemas de salud, pero hemos descuidado el futuro de estos niños; ya que la mayoría, una vez que cumplan 12 años de edad, deben trasladarse a uno de los otros hospitales de la red de atención médica que tiene la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), entre ellos el San Juan de Dios.. Se podría decir que todo el trabajo que se realizó con esos niños se hecha al estercolero cuando les toque ir a lidiar con bacterias hospitalarias, citas para fechas apocalípticas y equipo médico en mal estado.
De esta forma, el pueblo podría aceptar sacrificarse a pagar esos $96.3 millones a costa de tener una mejor atención médica: con hospitales de calidad, aseados, con estructuras seguras; y no un lindo edificio para los señores diputados.
Es, en este tipo de situaciones, que se puede ver donde están realmente los intereses de los padres de la patria.
Puede que para ellos sea más importante el lujo y la comodidad de 57 diputados más sus colaboradores, que la salud y el bienestar de los más de 340 mil habitantes que tiene solo el cantón de San José, sin contar las otras áreas que cubre, como el cantón de Alajuelita, Escazú y demás.
Por esta razón, es momento de recapitular las hazañas realizadas por nuestros actuales gobernantes, para poder elegir de una forma inteligente en las próximas elecciones a aquellos que, tal vez, puedan dar un pequeño giro a la historia; en la cual, como dice la Doctrina Social de la Iglesia, se busque que “el bien común esté por encima del bien individual”.
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